martes, 2 de julio de 2013

Obra maestra de la estatuaria del norte



Virgen de los Dolores (1624), Gregorio Fernández, realizada para el grupo de El Descendimiento
Venerada en la iglesia penitencial de la Vera Cruz, Valladolid.
Propiedad de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz.



El título es casi textualmente lo que dice Dieulafoy de esta imagen que presidía y preside la iglesia de la Cruz de Valladolid. Su grupo original, El Descendimiento, es de aquellos grupos cuya maestría se fundamenta no solo en la gran calidad de sus tallas, sino en la teatralidad del conjunto, que es capaz de introducir al observador en la escena dramática de un grupo de hombres que bajan un cadáver, en el dolor de una mujer que alza los brazos para tocar en la distancia el cuerpo sin vida de su hijo. En 1757 la cofradía, posiblemente ante la situación de no poder seguir procesionando el grupo completo, decide extraer la imagen de la Dolorosa y entronizarla en el altar mayor de su capilla, a los pies del Cristo del Humilladero, cerrando también solitaria, la procesión de la noche del Jueves Santo. Se convierte así en la Virgen de los Dolores, incorporándole aquella espada de dolor que Simeón le profetizó en el Templo. 

Una excelente descripción de la talla es la que hace Bosarte:

Está sentada la Señora sobre una piedra quebrada, los brazos abiertos mirando el cielo. Tiene extendida todo á lo largo la pierna derecha, y encogida la izquierda, que es un partido Juniano. El pie derecho presenta toda la planta y estriba sobre el talón en una pequeña piedra del monte. Su calzado es negro como los que hacía Juní. Lleva la imagen en la cabeza dos tocas una sobre otra. Se cubre también gran parte de la cabeza con el manto, que es azul; la túnica es encarnada, y de las tocas la una es amarilla, y la otra de color plomo. Por el costado del lado izquierdo atraviesa una espada el corazón de la Señora en el sentido de pertransivit gladius. Diseño, paños, artificio de las tocas todo es excelente; y por lo que hace á la hermosura de su cabeza, si los ángeles del cielo no baxan á hacerla mas bella, de mano de hombres no hay más que esperar. Las cofradías, las procesiones y los pasos de Semana Santa en Valladolid. Juan Agapito y Revilla. 1925.

Poco más se puede decir ante la sentencia: si los ángeles del cielo no baxan á hacerla mas bella, de mano de hombres no hay más que esperar. Icono devocional para su cofradía y para todo Valladolid, que participa en diversas procesiones en Semana Santa, y que sobre todo, sigue recibiendo la veneración diaria en la iglesia penitencial de la Vera Cruz, templo que es preciso visitar si uno quiere saber lo que es el barroco y lo que han sido y son las cofradías para la fe cristiana.



Grabado de Rafael Bausac del libro de acuerdos de la Vera Cruz de 1802
Visto en "Historia de una procesión, 200 años de la General del Viernes Santo de Valladolid." 
Javier Burrieza Sánchez.

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